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die Uhr



Me encuentro en clase de alemán como cada tarde de miércoles desde hace meses. Sobre la pizarra cuelga un reloj de plástico azul que no ha funcionado desde que lo conozco, por lo que el tiempo parece alargarse de forma eterna. Tienen la calefacción demasiado alta y un sopor insoportable comienza a invadirme. He perdido el hilo de la lección así que todo lo que está diciendo la profesora me suena a chino, o a alemán que para el caso es lo mismo...

El aburrimiento se apodera de mi mente, que vaga tranquilamente mientras mi mirada se ha quedado fija en el reloj parado. Pero, un momento ¿parado? Algo que no había notado hasta entonces me ha hecho volver a la realidad casi de inmediato. El reloj no está quiero del todo, como yo siempre he pensado, sino que en espasmos casi imperceptibles el segundero intenta avanzar por la esfera sin éxito alguno.

Me produce una horrible sensación de agobio infinito, un querer y no poder que continuará así hasta que la energía de las pilas se agote por completo ¿Cuánto durará esta agonía? Me dan ganas de levantarme a empujarlo pero tengo miedo de que no haya completado apenas una vuelta cuando la aguja quede de nuevo enganchada en el mismo número. Quizás ese minuto es un error que no le deja avanzar o quizás es un momento tan maravilloso que no quiere dejarlo atrás, no puedo saberlo.

Me siento identificada con ese reloj. Inservible para aquellos que lo miran pero aun así luchando por volver a sus funciones, sin rendirse. Aunque en realidad eso es una tontería supongo, a mí el tiempo se me escapa de las manos mientras que esas agujas se han quedado congeladas en él. Yo avanzo ¿no? O a lo mejor es el tiempo el que avanza mientras para mí sigue siendo la misma hora, igual que para el reloj. No quiero vivir toda mi vida en el mismo punto, sin poder avanzar mientras todos a mi alrededor lo hacen. De hecho nunca he llevado siquiera un reloj, por lo tanto mucho menos querría ser uno...

Toda la clase me está mirando, creo que me han hecho una pregunta y no me he enterado. Supongo que debo agradecerlo, porque si no me habría quedado para siempre en las 7:46 de ese reloj.

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